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21 Días de ayuno

¡Oh, si irrumpieras desde el cielo y descendieras!¡Cómo temblarían los montes en tu presencia! Así como el fuego hace que arda la leña y que hierva el agua, tu venida haría que las naciones temblaran. ¡Entonces tus enemigos se enterarían de la razón de tu fama! Cuando descendiste hace mucho tiempo, hiciste obras temibles, por encima de nuestras mayores expectativas. ¡Y cómo temblaron los montes! Desde el principio del mundo, ningún oído ha escuchado, ni ojo ha visto a un Dios como tú, quien actúa a favor de los que esperan en él.

(Isaías 64:1-4 NTV)

 

De esta profecía de Isaías, el apóstol Pablo toma las palabras que habla a los Corintios en su primera carta, cuando les dice:

 

“En cambio, hablamos con sabiduría entre los que han alcanzado madurez, pero no con la sabiduría de este mundo ni con la de sus gobernantes, los cuales terminarán en nada. Más bien, exponemos el *misterio de la sabiduría de Dios, una sabiduría que ha estado escondida y que Dios había destinado para nuestra gloria desde la eternidad. Ninguno de los gobernantes de este mundo la entendió, porque de haberla entendido no habrían crucificado al Señor de la gloria. Sin embargo, como está escrito: «Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman.»” (1 Corintios 2:6-9 NVI)

 

La profecía de Isaías es un clamor por cielos abiertos sobre la nación de Israel, y la consecuencia inmediata de esos cielos rasgados y abiertos es Dios mismo descendiendo y haciendo temblar a las naciones como en tiempos anteriores por medio de demostraciones de poder y obras sorprendentes. Obras que sobrepasaron las expectativas que ellos tenían, obras que los tomaron completamente por sorpresa y los dejaron boquiabiertos no solo a ellos, sino también a los pueblos de la tierra.

 

En estos días estamos clamando y orando por cielos abiertos sobre nuestras vidas, sobre la iglesia y sobre nuestra nación, por eso te animo a que te atrevas a soñar con un mover de Dios único y sorprendente en tu vida y a través de tu vida. No te olvides que esas cosas que ojo no vio, ni han subido al corazón del hombre son las que Dios preparó para nosotros. ¡Hay más de Dios para nosotros! ¡Declaremos Cielos Abiertos y un derramamiento de Su Espíritu que sacudirá a las naciones de la tierra!!

 

“Señor, he sabido de tu fama; tus obras, Señor, me dejan pasmado. Realízalas de nuevo en nuestros días, dalas a conocer en nuestro tiempo; en tu ira, ten presente tu misericordia.” (Habacuc 3:2 NVI)

 

Aplicación Práctica:

 

Dedique un tiempo a clamar con todo el corazón por más de Dios sobre su vida y sobre la Iglesia. Participe los miércoles en las reuniones de oración 8am y 7pm. No se lo pierda y anime a otros a ir.

¡Dios tiene más para nosotros!

Día SEIS
Sorpréndeme una vez más
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