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21 Días de ayuno

Pueblos todos, batid las manos; aclamad a Dios con voz de júbilo. Porque Jehová el Altísimo es temible; Rey grande sobre toda la tierra. El someterá a los pueblos debajo de nosotros, y a las naciones debajo de nuestros pies.

Salmo 47:1-3

 

Aclamemos al Señor porque al estar Él de nuestro lado, todas nuestras batallas están ganadas. ¡Aún las que todavía no libramos!

 

Si, el que está de nuestro lado es Él Altísimo, Rey grande, Señor de Señores, Él se hará cargo. Él va a someter todos los problemas que enfrentamos o enfrentaremos y obtendrá el mejor resultado de acuerdo a su voluntad.

 

¡Caminemos con confianza, caminemos con alegría, sabiendo que Él está en control!

 

Pero al caminar, seguramente querrán venir a nosotros pensamientos de derrota, de desaliento, de temor. Debemos en esos momentos cerrar nuestra mente a ellos, y proclamar la Palabra del Señor.

 

Debemos proclamar lo opuesto al pensamiento que quiera venir. Si el pensamiento es de derrota o desaliento proclamaremos “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, si es de temor y desasosiego “te guardará de todo mal, él guardará tu alma”. Hay miles de promesas en Su Palabra que nos dan aliento y valor, que nos fortalecen y dan ánimo.

 

Hagamos un ejercicio de esto. La Palabra de Dios nos habla del carácter de Dios, de sus pensamientos para con nosotros. Busquemos en ella, compartamos con hermanos que sepan más de ella, pidámosle al Señor en nuestro diálogo diario con Él que llene nuestros pensamientos con Sus pensamientos.

 

Aplicación Práctica

 

Tomemos hoy un tiempo en que pongamos delante de Él todas nuestras preocupaciones y luego comencemos a alabarlo por lo que Él va a hacer con ellas.

“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”

 

Sigamos orando por Cielos Abiertos, por manifestación de sanidades, salvación y milagros en medio nuestro y por un lugar nuevo para reunirnos.

 

¡ACLAMEMOS AL SEÑOR!

Día ONCE
Aclamemos al Señor
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