

21 Días de ayuno
Mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo viajó por las regiones del interior hasta que llegó a Éfeso, en la costa, donde encontró a varios creyentes. —¿Recibieron el Espíritu Santo cuando creyeron? —les preguntó. —No —contestaron—, ni siquiera hemos oído que hay un Espíritu Santo. —Entonces, ¿qué bautismo recibieron? —preguntó. Y ellos contestaron: —El bautismo de Juan. Pablo dijo: —El bautismo de Juan exigía arrepentirse del pecado; pero Juan mismo le dijo a la gente que creyera en el que vendría después, es decir, en Jesús. En cuanto oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Después, cuando Pablo les impuso las manos, el Espíritu Santo descendió sobre ellos, y hablaron en otras lenguas y profetizaron. Había unos doce hombres en total.
(Hechos 19:1-7 NTV)
Hay clamores que Dios está restaurando en la vida de la iglesia. Uno de esos clamores está dirigido al Espíritu Santo y a la necesidad de que El establezca una vez más su soberanía en medio nuestro.
Este pasaje de las escrituras nos hace reflexionar y pensar en el hecho de que podemos estar viviendo nuestras vidas cristianas sin comunión y compañerismo con el Espíritu. Desconocer la persona del Espíritu es una de las tragedias más grandes que le pueden ocurrir a la iglesia, ya que ese desconocimiento nos condena a una vida sin PODER.
Así como la semilla necesita buena tierra y condiciones climatológicas óptimas para crecer, así también todo hijo de Dios necesita del Espíritu de Dios para desarrollar una vida cristiana normal. Él es la persona de la Trinidad que habita en nosotros con el fin de desarrollar al máximo la vida del Reino de los Cielos en nosotros y a través de nosotros.
La Biblia dice: “Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes.” (2 Corintios 13:14 NTV)
¡Necesitamos recuperar la comunión con el Espíritu Santo!
Si deseamos liberar el reino de los cielos en la tierra y sobre nuestras vidas, debemos ligarnos y relacionarnos con el único agente del Reino de los Cielos que está entre nosotros hoy, ese agente es una persona de la divinidad y se llama Espíritu Santo.
Aplicación Práctica
Busque en oración una mayor comunión con el Espíritu Santo.
Clame por nuevas experiencias con Él. ¡Él está con nosotros en todo momento!
Participe hoy del culto y disfrute un tiempo maravilloso junto a la Iglesia y la manifestación del Espíritu Santo.